A nivel familiar se han producido muchos cambios. Actualmente existen muchos modelos de familia y por tanto diferentes formas de entender la paternidad y la maternidad. Desde antes del nacimiento, los seres humanos establecemos un vínculo afectivo con nuestra madre o con el cuidador principal. Las líneas de investigación, (biológicas, genéticas, hormonales), sugieren que el buen desarrollo somático, cognitivo, psico-emocional, conductual y sexual del bebé, debe estar ligado a que pueda o no establecer un vínculo afectivo positivo con su cuidador principal.
El bebé es un edificio en construcción que se empieza a diseñar antes de ser engendrado. Tiene que ver con el deseo que el padre y la madre depositan en él como proyecto de futuro. A partir de este deseo se establecerá el tipo de vinculación afectiva (attachment), que diseñara el perfil psicoafectivo de ese futuro hijo o hija. Pueden existir diferentes formas de establecer esta relación previa al embarazo: la que todos conocemos como natural, la inseminación artificial, la maternidad subrogada, la adopción, etc.. Aunque también hemos podido asistir a un embarazo y parto de un hombre transgénero que antes era una mujer. Es importante que aclaremos que este hombre, cuando hizo su cambio de género continuo teniendo intacto su aparato reproductivo femenino.
Las diferentes formas de concepción van a dar un perfil que muchas veces marcarán el destino de este bebé. El deseo depositado en ese proyecto de persona, si responde más a las necesidades de los padres en lugar de plantear que se va a crear una persona diferente a uno mismo puede ser muy negativo para ese bebé. A modo de ejemplo, es muy conocida la historia de Hildegart Rodriguez Carballeira, nacida el año 1914 en Madrid, su madre la engendró para que fuera el gran modelo femenino del futuro. Para ello, usó a un cura con el objetivo de que la embarazase y que al mismo tiempo no tuviera ningún poder como padre de su hija. Su madre Aurora Carballeira educó a Hildegart de forma que empezó a leer a los 2 años, escribía a los 3 años y a los 18 años ya era licenciada en Derecho. Fue la abogada más joven de España, además de estudiar Filosofía y Letras y Medicina. Publicó muchos libros y artículos. Era brillante en todas las actividades en las que participó. Militó en el PSOE, aunque terminó acercándose a planteamientos más anarquistas. Pero toda esta brillante trayectoria se frustró porque su madre terminó asesinándola a los 18 años. Fue asesinada por su madre porque creyó que su hija se estaba desviando del recto camino para el que había sido concebida. En realidad la madre no podía soportar que Hildegart comenzara a ser un sujeto que estaba construyendo su futuro y sus relaciones ajenas a los deseos de su madre. Esta madre nunca pudo ver a su hija como sujeto. Siempre la vio como una proyección de ella misma, como un objeto manipulable para que fuera lo que ella nunca pudo ser.
Sin llegar a los extremos del caso de Hildegart, podemos encontrar muchas situaciones en las que los padres y madres tienen dificultades para entender que engendrarán un sujeto diferente a ellos, no un objeto que debe cumplir el destino que ellos no pudieron tener. Por ello nos preocupa mucho que en experimentos, como el que comentábamos, la madre transgénero, no se tenga en cuenta como ese hijo va a vivir que un «hombre le engendró», porque en realidad quien le engendró fue una mujer, ya que si se pudo producir el embarazo era porque continuaba teniendo en activo todo su aparato reproductor femenino.
Otro tema que actualmente tiene diferentes planteamientos ideológicos es el de la maternidad subrogada. Este tipo de maternidad no tiene nada que ver con la fecundación in vitro (aunque tanto el óvulo como el esperma no sean de la madre gestante), ya que en la fecundación in vitro la madre esta embarazada y parirá a su hijo o hija. Tampoco se pude comparar con la adopción. Cuando una madre tiene que dar en adopción a su bebé por diferentes tipos de problemas, en última instancia lo que esta madre desea es un bien para el bebé y no recibe dinero a cambio. Un tema muy importante son las consecuencias y efectos que la maternidad subrogada va a tener sobre el bebé y en su desarrollo, especialmente en la llegada a la etapa de la adolescencia. Lamentablemente en la actualidad carecemos de suficiente casuística como para poder dar una opinión. Lo que si podemos constatar es que parecen existir, en esta práctica, sutiles líneas confusión, derivadas del matiz ideológico de los defensores o retractares de esta práctica. La cuestión es preguntarnos en qué medida se prioriza el interés de los futuros padres y madres sobre el interés superior del menor. Se puede plantear de muchas formas el tema de la maternidad subrogada, pero en la gran mayoría de casos se trata de una compra venda, ya que en el contrato lo que se vende es un bebé, tratado como si fuera un objeto. No parece de recibo que se pueda hacer un contrato de compra venda de una vida. Si la literatura señala la importancia de la vinculación afectiva que establece la madre con el feto para su correcto desarrollo durante todo el embarazo, la pregunta es: ¿qué tipo de vinculación afectiva puede establecer una mujer cuando sabe que en su vientre está gestando un producto a vender?.
Con frecuencia se tiende a olvidar que el bebé, no es un objeto de pertenencia ni una moneda de cambio. Que el bebé sea un objeto en lugar de un sujeto en el deseo de su padre y su madre es un tipo de maltrato infantil que se da en todos los tipos de familia, no solamente en la tradicional, ni en las que presentan distocias sociales o económicas. Los malos tratos, negligencias y abusos sexuales infantiles presentan diferentes maneras de adaptación a las modificaciones sociales en las que vivimos. Y las más sutiles de todas quizás sean las que están ligadas a los nuevos tipos de filiación, la ya citada maternidad subrogada, pero también las adopciones y la protección de los niños desamparados especialmente los que sufren algún tipo de discapacidad.
La maternidad y paternidad no es solamente cubrir la necesidad que los seres humanos tienen, totalmente licitas y normales, de poder transcender y tener una continuidad vital y social. Sus funciones básicas no son solamente la responsabilidad de la alimentación y de los cuidados externos de los hijo e hijos e hijas, sino que también son los relativos a facilitarles una vinculación emocional segura que les facilite poder desarrollar sus capacidades para convertirse en adultos asertivos con ellos mismos y empáticos con los demás. Ser padre o madre implica una vinculo con el hijo e hija a lo largo de toda la vida hasta la muerte. Si es cierto, que metafóricamente nunca termina de cortarse el cordón umbilical; también lo es que ese hijo e hija van a ser una persona diferente a sus progenitores, con una conciencia y capacidad de pensar propia. Pero la capacidad de decidir estará mediatizad por el tipo de vinculo afectivo que ese bebé haya efectuado con sus progenitores. Una vinculación de tipo inseguro, evitando las emociones para rehuir la ansiedad pero que repercute negativamente en el establecimiento de las relaciones inter personales. O justamente lo contrario, excesivamente preocupado en búsqueda de una seguridad inalcanzable. O en el peor de los casos cuando se da una vinculación desorganizada, que está ligada a niños y niñas que desde edades muy tempranas y de manera continuada, han padecido situaciones traumáticas de malos tratos y abusos sexuales. Estos tipos de vínculos inseguros o desorganizados conllevan a que de no existir elementos de resiliencia ( es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas) van a producir graves dificultades en el desarrollo de ese bebe, tanto des del punto de vista psicoafectivo, somático, y social.
Lo que no podemos olvidar nunca es que por encima del deseo de los padres y las madres hay que considerar el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, a ser considerados como sujetos diferenciados de ellos.
Dra. Carme Tello Casany
Psicóloga clínica Presidenta de la Associació Catalana per la Infància Maltractada ACIM Presidenta de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil FAPMI